En sentido genérico, toda tarea de investigación supone la producción de nuevos conocimientos, aunque no se descartan otros trabajos escritos que constituyen aportes de valor para la formación continua y la mejora de las prácticas docentes.
Se hace necesario distinguir entre el aprendizaje del proceso de investigación en la formación de grado (contemplada parcialmente en la asignatura Investigación Educativa), la investigación de los docentes orientada a la función docencia y la investigación disciplinar.
Existe acuerdo en todos los colectivos que integran la Formación Docente, que en este ámbito se debe priorizar la investigación en el área de la docencia, ya que es esperable que de sus resultados se desprenda una reflexión crítica que redunde en el mejoramiento de la calidad de enseñanza en todo el sistema educativo. Por otra parte, es precisamente allí donde radica nuestra especificidad, la que nos distingue del resto de la educación terciaria-universitaria al otorgarle un perfil identitario a la profesión docente.
Los Departamentos, donde se conjuga la actividad de búsqueda y reflexión profesional, son los espacios organizacionales más adecuados para motivar la elaboración y presentación de proyectos de investigación y extensión. Dichos proyectos deben ser concursables, para lo cual es necesario instrumentar la evaluación de los mismos así como determinar la asignación de los rubros correspondientes.
La culminación de una investigación es la socialización de sus resultados, la comunicación en encuentros, congresos o ámbitos similares y la publicación de los mismos, para lo cual debería crearse un centro de publicaciones.
Para realizar la tarea de investigación de los Departamentos será necesaria la existencia de espacios destinados a la formación de investigadores, especialmente en educación, con una oferta de posgrados en investigación educativa.